No tener elección es una suerte

Y te puede sentar como un tiro al principio, pero más de una vez habrás comprobado que también te ofrece una claridad inesperada.

Porque te obliga a seguir adelante.

Y quizás te impulses a tomar decisiones más rápidamente o a encontrar nuevas soluciones con mayor determinación.

Es como si la falta de opciones te liberara de la presión de elegir, permitiéndote concentrarse sólo en lo que tienes que hacer.

Puede que todo lo sientas más arriesgado al afrontar a una situación donde no hay vuelta atrás y las decisiones son clave.

Y el peso de equivocarte puede ser aún mayor.

O de hacerlo mal.

Una presión puede ser difícil de manejar, pero también puede ser lo que te impulse a dar lo mejor de ti mismo.

Porque -en el peor de los casos- las experiencias de "fallar" son buenas maestras.

¿Cuándo fue la última vez que te encontraste en esa tesitura tan complicada que te quitó el sueño?

Porque no existen fórmulas mágicas pero sí que hay 4 buenas pautas, 4:

Haz aquello que esté en tu mano.

Persevera y no te rindas.

Busca el crecimiento.

Actúa con coherencia.

Y siempre recuerda que quien hace todo lo que puede no está obligado a más.

Que es la recompensa que recibirás como mínimo.

¿Te ha pasado alguna vez que una situación de no tener opción te haya hecho aprender algo importante, aunque al principio pareciera un riesgo?