Menores de nosequé edad, gratis
Mira que es llamativa la palabra gratis. Hay que ver.
Gratis, cueste lo que cueste. Porque nada es gratis ya que al final alguien paga.
Y generalmente lo paga caro.
Pero es un reclamo que funciona, sigue funcionando y por eso se sigue usando como reclamo publicitario y comercial.
También propagandístico. Los gobiernos saben cómo explotarlo a base de bien porque la gente es tonta tonta tonta y retonta.
Aquí el timo nos viene impuesto -como eres muy sagaz captarás el juego con esta palabreja- pero en el ámbito privado debemos estar atentos para poner el filtro.
Y si me dicen gratis, tengo que salir de allí corriendo en vuelo rasante.
Segundo café gratis, porque ya lo has pagado al tomar el primero.
Niños en el tren gratis, porque te los vas a tener que sentar en las rodillas desde Alicante a Barcelona.
Habitación niños gratis, porque dormirán dando patadas entre la pareja de tortolitos.
Limpieza de boca gratis, porque ya la pagarás con el primer empaste de los 37 que te van a presupuestar.
Inscríbete gratis, porque haré un encaje de bolillos con todos los datos que vas a poner a mi disposición.
Etcétera gratis, porque además lo que sucede es que la gente no termina de valorar las cosas que se ofrecen como gratis.
Los clientes intentan sacar ese provecho que ven aparentemente pero movidos principalmente por la gratuidad y no por el interés, porque si así fuese:
No necesitas tomar dos cafés simultáneamente.
Acomodarás a tus hijos en un asiento del tren.
Elegirás una habitación en la que la familia disfrute de las vacaciones con comodidad.
Pagarás por la limpieza de la boca y ya está.
Y contratarás aquel servicio que -previo asesoramiento- realmente necesites.
Nunca me han dado nada bueno gratis, pero estaré encantado de saber si tú has tenido mejores experiencias, ¿hace?