Me pones
Ayer estuve hablando con una compañera de fatigas sobre la respuesta -de rollete y a saco- que recibió tras enviar un email profesional a una suscriptora.
Al principio me hizo gracia y después me quedé pensando si la suscriptora había sido más lista que la mar.
E incluso si había puesto en marcha una buena jugada de copy.
¡Uyy que lío!
Voy a plantearlo de otra forma porque no me estoy enterando ni yo.
Quiero decir que cuando recibimos un mensaje, tal vez nos sentimos sorprendidos por algo que no pretendía quien lo envió.
Por ejemplo, si le enviamos a un cliente una promoción para formar a sus vendedores durante un año, puede que el cliente no necesite eso en ese momento, pero que le interese otra cosa.
Y pongamos que sea ligar porque le ha gustado algo que no se pretendía ofrecer.
ENTONCES
Si nos responden diciendo escuetamente “me pones” parece lógico que uno ponga el grito en el cielo porque no hay derecho a que la gente vaya sin miramientos con estas cosas.
Pero claro, en la otra parte están tantas y tantas personas que detectan ese mismo atractivo personal -tras el perfil profesional- y se quedan con las ganas de echarse al monte.
(Ninguna duda de que en estos casos, el atractivo personal procede del interés profesional)
Para no perder esa condición de prudentes y que nadie piense que van a full con esto de los rollos entre las gentes de Internet.
ENTONCES 2
¿La actuación directa no es algo de lo que hacemos los copys?
¿No es razonable -por lo tanto- que recibamos respuestas con la misma técnica?
Cuando te gusta alguien, ¿se lo dices del tirón o le das vueltas?
¿Tal vez prefieras quedarte con las ganas?
¿A que vender y ligar se basan en los mismos fundamentos?
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