En un centro de Integración Social que tiene como objetivo el desarrollo integral de una parte de la población que se halla en situación de vulnerabilidad, dando pasos formativos hacia el crecimiento personal, la intermediación laboral y -por fin- el empleo.

Un verdadero reto, porque, dentro de sus perfiles tan diversos:

Es muy grande su diferencia con respecto al alumnado adulto.

Además, estos adolescentes atraviesan momentos difíciles.

Sus motivaciones son muy peculiares.

Sufren serios deterioros en la autoestima.

Este alumnado está compuesto por una serie de personas que han abandonado -o sido abandonados- por la ESO, y que tienen un incierto futuro con apenas 14 ó 15 años.

Así mismo, creen que la FP es únicamente para quienes tienen buenas manos para los oficios.

Y no andan desencaminados, aunque la especialidad de la gestión comercial y el marketing, reúne matices diferenciadores, como son principalmente la creatividad estratégica y la comunicación, el análisis de datos o predecir comportamientos de consumo.

Por eso, le propuse a la directora del centro de formación la impartición de estos 4 módulos:

Fundamentos, para definir los conceptos básicos.

La Marca Personal, como principal producto.

Storytelling, porque saltaba a la vista que se les daba muy bien contar historias.

El Marketing como medio para ganarse la vida.

90 horas de lunes a viernes y en horario de 9:00 a 14:00, por lo que era preciso ir entreverando dinámicas individuales y de grupo entre las exposiciones teóricas.

Porque saber está muy bien, pero saberlo hacer es mucho más importante.

Así que me fui sorprendiendo gratamente conforme íbamos realizando las actividades evaluativas y los exámenes de cada módulo, aunque lo más valioso para mí ha sido el aprendizaje que me ha proporcionado este curso.

Y el premio gordo me lo dio Momo cuando me dijo que estaba decidido a continuar estudiando Comercio y Marketing en el Instituto de FP.